¿Conocés el increíble mar de los 7 colores?
|En el corazón del departamento de la Providencia y Santa Catalina existe un lugar donde la UNESCO posó sus ojos. Se trata de la isla de San Andrés, un escenario mágico de playas blancas rodeado por una fauna marina, arrecifes de coral y la fauna más completa del Caribe que transforman a la biósfera seaflower en uno de los lugares que no te podés perder.
Disfrutar el estilo isleño será tarea sencilla: North End posee la zona hotelera, comercial, bancaria y administrativa de la isla. Al compás del Raga Raga, el baile tradicional de los isleños podrá disfrutarse de la Casa Museo isleña y el barrio La Loma donde el mirador de la iglesia permitirá apreciar al mar Caribe.
Otros lugares para visitar serán la playa de Cocoplumbay, frente al Cayo Rocoso. Allí, la arena blanca es empapada por los verdes azules del mar generando el famoso mar de los siete colores, la mejor actividad para vos que te preguntas que hacer en San Andrés.
El Pico
Con 360 metros de altura, el pico es el monte más alto de Providencia. Es el lugar ideal para observar los arrecifes y la diferencia de tonalidades que conforma el mar de siete colores. Este cerro forma parte del ecosistema de bosque seco y es el sitio de donde nacen varios manantiales de la isla. Luego de recorrerlo, podés bañarte en las piscinas naturales, tomar sol en la playa con el reggae de fondo.
Johnny Cay
A 1,5 kilómetros por agua de San Andrés, este pequeño islote de arena blanca, clima tropical e innumerables atracciones se transformó en cita ineludible para aquellos aventureros que visitan San Andrés.
Admirar Johnny Cay resulta tarea sencilla ya que es el cóctel perfecto entre entretenimiento, gastronomía y paisaje, combinando exquisitos platos a muy buen precio, con shows en vivo de música caribeña, reggae, y un Coco Loco como coctail ineludible, receta asegurada de placer. Cuando el apetito fue saciado, la temperatura ideal que oscila los 27° empuja a conocer cada rincón de este tesoro colombiano que se divide en tres sectores para el deleite, siempre, a la sombra de las palmeras y abundancia de cocoteros.